Hollywood, 1972. Nueve de los más grandes directores de la meca del cine: George Cukor, John Ford, Alfred Hitchcock, Rouben Mamoulian, William Wyler, George Stevens, Billy Wilder, Robert Wise y Robert Mulligan se reúnen para rendir homenaje al que ellos consideraban un genio, el calandino Luis Buñuel.
Por suerte para nosotros Don Luis, no solo es uno de los mejores y más influyentes directores de cine del mundo, sino que, además, en su personal obra están presentes símbolos, inspiraciones y tradiciones aragonesas que lo convierten en un icono cultural y una seña de identidad de nuestra tierra.
Así que proponemos realizar un recorrido por los lugares y sonidos que excitaron la imaginación e inspiraron la cinematografía de este bajoaragonés universal.
Hasta Calanda, su pueblo, se llega por carreteras que invitan a la conducción tranquila, a disfrutar de cada kilómetro acompañados por un paisaje plagado de melocotoneros, olivos y almendros que llenan de colores el campo. Nada más entrar nos da la bienvenida un monumental graffiti protagonizado, como no, por el genial director y una cámara de cine. Este graffiti forma parte de una serie de elementos artísticos que la Comarca del Bajo Aragón ha instalado en diferentes puntos de su territorio para realzar sus recursos turísticos más característicos, os invitamos a descubrirlos ¡son sorprendentes!
Para iniciar el recorrido, en primer lugar sugerimos tomar un café en la plaza de España, escenario mágico que todos los “Viernes Santo” reune a cientos de calandinos y calandinas cargados con tambores y bombos para Romper la Hora, todos juntos, al mismo tiempo, en un solo toque, el mismo que impregnó su cinematografía y que, como dejó escrito el director en sus memorias “Ignoro qué es lo que provoca esta emoción, comparable a la que a veces nace de la música. Sin duda se debe a las pulsaciones de un ritmo secreto que nos llega del exterior, produciéndonos un estremecimiento físico”. El año pasado, La UNESCO declaró el toque de los tambores y bombos del Bajo Aragón como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
En esa plaza, frente a la iglesia, se encuentra la casa familiar de la familia Buñuel, construida a principios del siglo XX por su padre, un acaudalado indiano que quería una auténtica mansión al gusto de la época. En palabras del director “Estaba amueblada y decorada al gusto de la época, aquel “mal gusto” que ahora reivindica la historia del arte”, En la actualidad la casa pertenece a un apasionado de la figura del director que le ha devuelto el esplendor. Es fácil imaginar al pequeño Luis asomado a una de sus ventanas.
Muy cerca, encontramos otro de los lugares inspiradores del director, el templo del Pilar o más concretamente su casa anexa, lugar en el que ocurrió el que se conoce como Milagro de Calanda por el que al bueno de Miguel Pellicer le volvió a crecer la pierna que le había sido amputada por un carro. Casualmente, en Tristana, una de las películas más aclamadas de Buñuel, su protagonista, Catherine Deneuve, tiene una pierna ortopédica. En Ensayo de un crimen es un maniquí el que pierde una pierna camino del crematorio…Buñuel.
Otro lugar fuente de inspiración de su inagotable imaginación y en el que, además, reposan parte de las cenizas del genial director es el Monte Tolocha. Es muy recomendable su visita para los más andarines, perfectamente señalizado y con un magnífico mirador en su cumbre que se sitúa en el mismo lugar en el que, un día de tormenta, Buñuel retó al mismísimo Dios diciendo “Si existes que me mate un rayo”, algo similar a lo que ocurre en una de las escenas de “La vía láctea” cuando un mendigo, en una noche tormentosa se dirige al cielo gritando “Dios, si existes, demuéstralo”.
Finalizamos el recorrido por la Calanda que inspiró a Buñuel en el centro dedicado a su persona, un lugar que recrea el universo surrealista del director: El CBC, el Centro Buñuel Calanda. Allí nos da la bienvenida un busto del director y una placeta de entrada que rememora la célebre escena del ojo de Un perro andaluz. La visita a su interior es deliciosa y, como no podría ser de otra manera, finaliza de una manera completamente sorprendente, en una sala repleta de inodoros en la que es obligatorio sentarse para descubrir que, en realidad, ocultan alguna de las obsesiones del director ( Insectos, cuchillas, relojes, ojos…). No podemos abandonar el centro sin pedir que nos muestren el libro de firmas donde descubriremos la cantidad de personalidades del mundo del arte que, atraídos por la importancia del personaje, han pasado por el centro, desde la mismísima Yoko Ono pasando por Carlos Saura, Imanol Arias, Fernando Trueba o Ana Belén por poner sólo algunos ejemplos.
Ah! Y no se marchen sin ver la fotografía del homenaje que le hicieron en Hollywood.
PD: Este texto ha sido redactado usando la fuente Tristana, la nueva tipografía que ha sido desarrollada en Aragón por alumnos y profesores aragoneses, con la colaboración de expertos de todo el mundo. Un conjunto de letras creadas bajo la denominación Tristana y que suponen un homenaje al genial director de cine aragonés Luis Buñuel.